Recientemente en un informe de investigación publicado por womenceo (ver imagen) se exponían los principales problemas en relación a la empresa familiar en España y los retos de la Globalización, de los que cabe destacar 3 factores clave:
1. La vida media de una empresa familiar es la mitad de una empresa no familiar.
2. La probabilidad que tienen las empresas familiares de subsistir en el tiempo es muy baja. (No se supera la transición entre la 1ª y la 2ª generación, o bien, se cae en la transición entre la 2ª y la 3ª generación)
3. La mayoría de las empresas familiares sufren fuertes tensiones familiares de cara a planificar y gestionar el relevo generacional.
Capacidades, competencias y emociones ¿Cómo equilibrar la balanza?
Capacidades, competencias y emociones entran en juego a la hora de planificar el futuro. Cuando llega el momento de la sucesión de una empresa familiar se combina el deseo de que la empresa siga en manos de la familia con las resistencias a la planificación de la sucesión y a la retirada por parte de los líderes. ¿Cómo y cuándo tomar las decisiones? ¿Se cuenta con el talento apropiado para este entorno de cambio e incertidumbre?
Es clave mantener el ritmo de los negocios, gestionando emociones y tensiones que se producen por el solapamiento de roles (familia y empresa) y las dificultades que se generan para trabajar en equipo. Y nada mejor que acometer con visión un programa interno de Transformación Cultural, con el foco en misión y valores que garanticen el compromiso hacia un futuro de mejora continua con las competencias necesarias que aseguren la competitividad