¿Has escuchado sobre la importancia de la desconexión digital? La pandemia ha significado un gran avance en la digitalización y estrategias centradas en cliente y empleado como motores que impulsan el cambio y garantizan resultados económicos positivos. (Por imperativo de salud, o mejor dicho, del confinamiento)
Sin embargo, el auge del teletrabajo está propiciando una serie de comportamientos en algunas empresas que pierden un mínimo marco de respeto y convivencia con sus trabajadores. Se presentan con demasiada frecuencia exigencias de atención y disponibilidad. Pero estas exceden los compromisos inherentes a los puestos de trabajo, aprovechando que la tecnología permite abordar a las personas en todo momento y lugar. Esta realidad está marcando la necesidad de un marco regulatorio como la Ley a la Desconexión Digital en España para proteger los derechos de los trabajadores, y más en concreto para garantizar la desconexión digital.
A través de diferentes cuestionarios y encuestas la mayoría de empresas y directivos apuestan por tener al cliente en centro. Pero el cliente también es interno, lo que conlleva adoptar también estrategias de empleado (“EmployeeExperience”). Estas impulsan formas de trabajo que ayudan a desarrollar las capacidades de sus empleados y colaboradores. Y es en este punto donde aparecen elementos discordantes o decepciones en uno u otro bando:
- Que si no existe compromiso por parte del trabajador,
- Que con esto del teletrabajo “se escaquea y no cumple como debiera…”
- “Mi jefe me tiene frito; no para de llamarme cada hora para ver si sigo al pie del cañón…”
- “Me llama cada vez que se le ocurre algo; …le da igual la hora o si es fin de semana…”
Y si bien es cierto que las herramientas y la tecnología está posibilitando la atención al cliente 24horas todos los días del año; no menos cierto es que las personas que están detrás (cuando son necesarias) deben asumir sus puestos de acuerdo a unas condiciones regladas en cuanto a tiempo, horarios, turnos, y más.

El derecho a desconectar: baza del Employee Experience
Si todos los avances tecnológicos suponen ganar en eficiencia y productividad resulta un tanto contradictorio que se carguen las tintas sobre las personas. ¿Cómo es que muchas empresas asumen esos cambios imponiendo más peso (de tiempo y dedicación) en sus empleados? ¿Qué mensaje ofrecen las organizaciones que promueven estilos y comportamientos indiferentes a los riesgos de fatiga digital? ¿Qué decir de las relaciones que establecen los directivos con sus colaboradores si no respetan las pausas de descanso o exceden de forma abusiva la duración máxima de sus jornadas?
Siempre han existido diversos turnos para garantizar los servicios, especialmente en algunos sectores como la salud, donde la presencia de personal cualificado se hace necesario 24 horas al día; y todos sabemos de la dificultad para los departamentos de RRHH de gestionar personas y necesidades operacionales. Pero los avances tecnológicos no nos deberían imponer modelos de trabajo y relaciones laborales perniciosos. Los trabajos que pueden realizarse en remoto deben asumir los descansos y horarios establecidos, que además de mantener (y mejorar) la productividad, garantizan la salud y el bienestar de las personas.
Desconexión digital y estilo de Liderazgo
Parece extremadamente difícil llevar a cabo estas políticas de desconexión digital entre los directivos, a los que quizá se les exige más en términos de disponibilidad y dedicación. Pero sí es necesario PARAR el efecto dominó que se genera desde las cúpulas de las organizaciones hacia abajo en la pirámide laboral.
Y a los directivos será necesario que se planteen algunas preguntas para que reflexionen sobre su estilo de liderazgo y su gestión del talento:
- ¿Cuántas veces exiges obtener respuestas inmediatas (incluso a horas intempestivas) a problemas no urgentes?
- ¿Crees que tus colaboradores lo son las 24 horas del día? o planteado de otra manera
- ¿Qué crees que siente tu colaborador cuando recibe tu correo a las 23:00 (sabiendo que su jornada ha terminado a las 18:00)?
Incentivar la confianza entre los empleados, la cohesión y el neuroliderazgo son aspectos relevantes de las organizaciones del siglo XXI para llegar y mantenerse en la cima del éxito. En esto radica la Transformación Cultural impuesta por la Digitalización.
Tecnología y Humanización deberían ir de la mano, como palancas claves del desarrollo de los negocios y de las personas.
Escrito por: Lina Robles – Directora QQ Digital
Lina Robles
Fotografía extraída de: Freepik